(EL PAÍS 20-2-2007)
John-Paul Gilhooley era el más joven de los 96 seguidores del Liverpool muertos en una avalancha en el estadio de Hillsborough en 1989. La placa que levantó el Liverpool en recuerdo de la tragedia indica que John-Paul tenía diez años, pero hay un dato ausente en el mármol acoplado a los muros de Anfield: John-Paul era el primo mayor de Steve. Les separaba un año, pero compartían juegos, pasiones y un mismo sueño: ser futbolistas del Liverpool. "Nunca lo había dicho antes: yo juego al fútbol por John-Paul", confiesa Steven Gerrard (Whiston, 1980), el capitán del Liverpool, en el prólogo de una autobiografía dedicada a la memoria de su primo John-Paul: Mi autobiografía (Bantam Press 2006).
Cuesta imaginar a alguien tan vinculado a su club como Gerrard. "En casa, el Liverpool era una religión", anticipa la familia de Paul. El área de Huyton, al Este de Liverpool, es el entorno natural de los Gerrard. Durante 20 años la vida familiar transcurrió en un modesto adosado al final de Ironside Road, un callejón sin salida en el que los coches ocupan ahora el espacio reservado tiempo atrás para los partidillos entre los chicos del barrio. Sólo a partir de la nostalgia asociada a una infancia feliz se comprende que la desangelada Ironside fuera alguna vez "la calle de la alegría" o el tramo de asfalto en el que, a fuerza de rasguños, forjó Gerrard su destreza en el tackling.
A menos de una manzana de Ironside, una hilera de bungalows ocupa el hierbal donde el pequeño Steve vivió su episodio más doloroso "en un vertedero que era para nosotros una mezcla entre Anfield, Wembley y Goodison", relata el futbolista en su libro. Un balón oculto bajo una maraña de ortigas fue el desencadenante. "Era imposible verlo. Me remangué los calcetines, metí mi pierna derecha entre las ortigas y golpeé con todas mis fuerzas. Fue una agonía". La punta de un rastrillo atravesó el quinto dedo del pie de Gerrard. Los médicos estaban dispuestos a amputárselo, pero la intervención de Steven Heighway, director de la escuela del Liverpool, forzó un cambio de planes y salvó por la campana la carrera futbolística de un niño que, a sus nueve años, acababa de cumplir su primera temporada con los reds. Para entonces, el reservado Gerrard era ya un asiduo de The Kop, la legendaria grada de Anfield, y conocía a su mejor socio hasta la fecha.
El centro deportivo Vernon Sangster fue el banco de pruebas donde Steven Gerrard y Michael Owen tramaron una complicidad que pertenece a la historia del Liverpool: "Michael vino al mundo para destrozar porteros. Él vio que yo era un buen pasador y pronto congeniamos. Todos creían que jugábamos juntos porque éramos amigos. Mentira. Michael y yo sólo queríamos ganar. Siempre ha sido así".
El cambio a la escuela secundaria puso de manifiesto la obsesión de Gerrard por los reds. Cardinal Heenan era un colegio católico -los Gerrard, no- y pertenecía a otro distrito, pero tenía buenos equipos de fútbol y eso lo era todo para un pequeño futbolista obstinado en no perder pie ante los ojeadores del Liverpool. Steven Monaghan, entrenador en Cardinal Heenan, lo recuerda bien: "En 20 años de profesión no había visto nada igual. Con 11 años golpeaba la pelota con la misma fuerza que ahora". La evolución de Gerrard, sin embargo, no podía competir con el despegue de Owen. Ambos tenían 14 años cuando la federación inglesa les citó en la escuela nacional de Lilleshall, la más prestigiosa. Owen superó todas las pruebas; Gerrard quedó fuera en la final "por causas ajenas al fútbol", según la carta que llegó a Ironside. "Aún creo que lo hicieron por mi falta de altura. Para mí, fue un insulto y aún lo llevo clavado en mi memoria", admite Gerrard, que salva al pequeño Michael "por su velocidad: el medio campo es diferente". Por enésima vez, el único consuelo posible estaba en el Liverpool, cuyos entrenadores emplearon el consabido "como en casa en ninguna parte" para animar a un chico con serios problemas en su espalda que dio un insospechado estirón a los 16 años hasta alcanzar 1,88 metros.
"El Liverpool se convirtió en mi vida, mi mundo", afirma Gerrard para ilustrar el comienzo real de una carrera que ya no podía esperar más. Owen llevaba un año y medio en el primer equipo cuando el 30 de noviembre de 1998 Gerrard inició en Anfield su trayectoria profesional. Han transcurrido ocho años desde entonces y a las puertas de The Kop los aficionados se emocionan sólo con oír el nombre de Gerrard. "Es el alma del Liverpool", "nuestro dios", "representa a la gente de aquí", "cuando golpea el balón, todos hacemos fuerza con él"... Son algunas de las sentidas muestras de orgullo de los hinchas.
La veneración por Gerrard no sólo se debe a su liderazgo para remontar el 0-3 del Milan en la final de la Liga de Campeones de 2005 o a sus prodigiosos goles en la final de la Copa en 2006. El de Huyton se ganó a su gente el 6 de julio de 2005, un día después de anunciar que abandonaba a los reds. Fuera por la colosal oferta del Chelsea, por un deseo oculto de vivir nuevos retos o por cierta falta de tacto del Liverpool -"estuvieron a punto de sacarme de Anfield"-, Gerrard quiso abandonar su club durante 24 horas, pero fue incapaz de soportar el desafío: "¿Podría volver a mirar a mi padre a los ojos?, ¿podría mirarme de nuevo en el espejo?, ¿podría fallar a The Kop?". Fin de la historia.
En los últimos clásicos a orillas del Mersey, los hinchas del Everton acostumbran a exhibir por Anfield una foto de Gerrard uniformado con sus colores por una gracia de su tío Leslie cuando tenía siete años. Muchos scousers optan por reírse. Saben que Gerrard les pertenece. Él es el Liverpool.
6 comentarios:
LOS EXAMENES ME ESTÁN IMPIDIENDO SEGUIR CON EL FUNCIONAMIENTO HABITUAL DEL BLOG. LA PRÓXIMA SEMANA YA VOLVERÉ COMO SIEMPRE. MIENTRAS OS DEJO ESTA GRAN ENTRADA. UN ABRAZO.
Buenisima entrada,ademas sobre un futbolista que es una de mis grandes debilidades,porque lo tiene todo,un caracter de ganador absoluto,golpeo de balon,capacidad de pase,llegada,gol...Uno de los jugadores que he visto que mas me han gustado,aunque para muchos suene exagerado.Un abrazo y sigue asi!
Un tipo íntegro Gerrard. Un liverpudlian de pies a cabeza que un día tuvo la oportunidad de su vida para hacerse super millonario y prefirió seguir vistiendo de rojo. Me encantan este tipo de futbolistas comprometidos.
Un saludo.
Que tal?
El capitán rojo... ese es Steven Gerrard, quien mejor que el para ser capitán de los reds.
Gran post Juanpa un saludo.
@PAKO BOTELLA
TENÍA PREPARADA ESTA ENTRADA PARA ALGUNA EMERGENCIA JAJA, SI, LA VERDAD QUE A MI GERRARD TAMBIÉN ME ENCANTA Y SI TE DAS CUENTA ES UN JUGADOR QUE GUSTA A TODO EL MUNDO, LA EXPLCACIÓN ES SENCILLA: ES TODO CORAZÓN. UN ABRAZO Y AHORA MISMO ME PASO POR TU BLOG QUE YA TOCA.
@PABLO
TIENES RAZÓN PABLO, PORQUE ESTE TIPO DE JUGADORES SON LOS QUE ENGANDECEN EL FÚTBOL. YO LO CONSIDERO PARA EL LIVERPOOL CASI TAN GRANDE COMO MALDINI PARA EL MILÁN O RAÚL PARA EL MADRID, Y ESO ES MUCHO DECIR. UN ABRAZO.
@BUDY
ME AGRADA MUCHO TU VISITA. LA VERDAD QUE ESTA ES LA SEGUNDA ENTRADA QUE HAGO SOBRE GERRARD Y A LO QUE DICES QUE MEJOR QUE AÑADIR LO QUE DIJE YO EN LA OTRA ENTRADA: EL YOU´LL NEVER WALK ALONE LO ELIGIÓ A ÉL COMO SU BANDERA, YA LO DICES TU, QUIEN MEJOR QUE ÉL PARA SER EL CAPITÁN RED...
UN ABRAZO!!!
hola, querria pedirte un favor, ¿la autobriografia de gerrard está en español?¡y a la venta en España?, si es así me podrias enviar todos los datos que puedas y sepas a pixuxi_56@hotmail.com. muchas gracias, y si sabes de algún libro o autobriografia de algún futbolista interesante también me harías un gran favor diciendomelo.
Gracias y espero no molestar.
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