RONALDO

La historia de Ronaldo Luiz Nazario da Lima y el fútbol, siempre ha sido una relación de amor y odio. Amor, el que le tenía Ronaldo a la bola; odio, el que le tenían a él las lesiones.

Y es que sus rodillas siempre han sido su talón de Aquiles. Llamado a ser un grande entre los grandes, siempre fue distinto al resto. Ronaldo tenía tatuada a fuego la palabra gol dentro de sí. Cogiera donde cogiera la pelota, podía armarla. Todos le tenían miedo dentro del área, pero también le sabían capaz de cabalgar y cabalgar desde su propio campo hasta conseguir agujerear la red contraria. Sin embargo, su mirada siempre fue la mirada de un niño grande, un niño que había tenido una infancia difícil creciendo en la más absoluta miseria del barrio brasileño de Bento Ribeiro y que con 14 años ingresó en el Sao Cristovao. La leyenda de sus goles empezó a extenderse rapidamente por todo Río hasta que fue traspasado al Cruzeiro con sólo 16 años. El niño de la mirada triste se hacía grande, y sin saberlo se convertía lenta y sutilmente en el héroe de millones de niños. Pero sus rodillas de cristal le seguían pudiendo a su férreo corazón. Y hace unos días le volvieron a poder.

Ronaldo ha sido uno de los más grandes de la última década. Era un grande. Pero lo era, lo es y lo va a seguir siendo. Seguro. Porque va a seguir luchando. Porque Ronie quiere seguir haciendo bicicletas, rompiendo cinturas de rivales, spintando como solo él sabe y... recordará que tras él, estarán las caritas tristes de millones de niños que sueñan cada noche con emularlo.